viernes, 25 de noviembre de 2016

Entrevista            
                                                                                                           

Presentación: Valeria Molina (Pediatra)

Pediatría con amor
Por Gaspar

“No siempre se puede curar, pero siempre se puede ayudar”

Valeria Molina es una medica pediatra que trabaja actualmente en el Hospital  Gutiérrez.

Gaspar: - ¿Porque decidiste estudiar medicina?

Valeria: -En verdad, no fue algo pensado desde chica. Cuando tenía 16 años empecé a pensar a
qué quería dedicarme. Me pregunté, ¿qué es lo que más feliz me hace? Y muy rápido tuve
la respuesta: “Ayudar a la gente”. Luego lo asocié a lo que más me gustaba en el colegio,
que eran las “ciencias naturales” y dentro de esto, la medicina me cerró  como lo más
atractivo.

Gaspar: -¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

Vale: - Lo más interesante es tratar con las personas, las diferencias entre la gente. Eso es un
mundo y poder ayudarlos.
Es emocionante recibir la gratitud y confianza que te dan. El amor que recibís después de
la ayuda. Los chicos, la inocencia, la pureza…, siempre te sacan una sonrisa y te hacen
sentir bien, no importa el día que yo tenga.

Gaspar: -¿Y qué es lo que menos te gusta?

Valeria: -En ocasiones la frustración que sentís cuando el sistema no acompaña. Cuando trabajo en el Hospital Gutiérrez, sabemos qué es lo mejor para el niño, pero el sistema nos pone trabas.  O cuando sabemos que chico  va a volver a una casa donde las condiciones no son las mejores y es muy probable que se enferme de nuevo, es un poco frustrante. Otra cosa que no me gusta es dar malas noticias, aunque es parte de esto.

Gaspar: -¿Me podés contar alguna anécdota?

Valeria: -¡Uhh!, Tengo un montón. Cuando cursaba el segundo año de mi residencia, tuve una nena
Chiquita, de dos años,  internada en la sala que yo estaba.
Cuando fue dada de alta, se siguió atendiendo por consultas externas y la seguí tratando
durante varios años.
Era de una familia muy humilde, recuerdo que se acercaba la Navidad y me trajeron de
regalo una mantita que la nena, ya con tres años, tejió junto con su mama. También me
dieron un angelito de adorno navideño.
Es el día de hoy que cuando armo mi arbolito, cuelgo el angelito y recuerdo lo lindo que
fue recibir ese regalo.

Gaspar: -¿Qué se siente poder cuidar a los niños?

Valeria: -Bueno, es algo que se aprende con el tiempo, por eso la carrera de Medicina es tan larga.

Gaspar: -¿Qué mensaje podrías dejarnos de tu profesión?

Valeria: -Para mí es la profesión más linda del mundo.  Especialmente, la pediatría.
Es una profesión que exige sacrificio: es difícil estudiarla y después de hacer la
residencia, es complicado. De todos modos, vale la pena.  Para mí es la
profesión más gratificante, por eso les propongo que se arriesguen, hablen con médicos,
investiguen,  no se acobarden. Aunque luego se arrepientan, no importa, vale la pena el
intento. Yo estoy feliz de haberla elegido y de todo lo que tuve que esforzarme para terminarla.  Hoy disfruto de ese esfuerzo y amo profundamente mi profesión.


lunes, 11 de abril de 2016

El Pulgarcito se hace amigo del ogro y comparten una charla de fultbol

        Pulgarcito era una personita muy pequeña, del tamaño de un pulgar. Vivió en el bosque en un lugar al que solo podían llegar otros seres como él. Había una entrada secreta que les permitió vivir seguros y alejados de otros seres de mayor tamaño.
        Pero Pulgarcito eras inquieto, audaz y le gustaban las aventuras. En una ocasión, quiso saber qué había mas allá del valle y sigilosamente salió sin que nadie lo viera y caminó, durante horas, sorprendido de todo lo que veía. Era enorme, los árboles, las plantas, los animales, hasta que, de repente, se enfrentó a un ser tan grande y feo que quiso escapar corriendo. Pero ya era tarde, porque este ser ya lo había visto
y lo agarró con la punta de sus dedos. Se asombró al ver a alguien tan pequeño. El ogro, que así se presento ante Pulgarcito, si bien daba miedo rápidamente se hizo amigo de él.
        Sentado en el hombro del ogro, Pulgarcito pudo recorrer muchos lugares y su amigo el ogro le facilito las cosas.
         Después de un tiempo, regresó a su hogar y pudo contarles a sus amigos todo lo que vivió con su nuevo amigo.
        Lo mas gracioso fue cuando les contó que el ogro lo llevo a un partido de fútbol del cual era hincha y que ahora Pulgarcito también era hincha, por lo que se iban a volver a encontrar para ver su equipo.